no había más de
seis
o siete
tamborileros
caminando al sol
detrás de otro escaso
grupo de mujeres
que bailaban
y volvían intimo
algo
en plena calle
el mandamás
mulato
se reía
y tocaba
le hacía chistes al nene
del tambor
atorrante
creo que todos se reían
empujaban el aire
calle arriba
y eran un corazón
o algo
que tenía que ver
con la sangre
en un momento
frenaron
en la puerta
de un geriatrico
y salieron las viejas
como si el cuerpo fuera
harina de otro costal
a bailar
trajecito
la palabra
para
tamaña belleza.
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