sobre el pavimento
los cuerpos solos
de cara a lo negro que era
también el cielo
reía
ella
y él después
no muy lejos de la bicicleta vejada
ni de los faroles
que manipulaban las nubes
de su boca
después llovió.
Desperté en la ceremonia una elegía yanki belvedere al sur abriéndose al desierto de Mataderos. ¿A quién le cantan esta pavada exacta? Pens...
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