vi la ratonera tan de cerca
que la adopté
le puse leche
le puse
una ropa que ya no me quedaba
y la mandé al colegio
le puse
útiles en las manos
con un amor!
ella jugaba conmigo
a las adivinanzas
hasta el hartazgo
a veces dejaba su ropa en la silla
y se iba
mientras yo pensaba en
ese animal o ese colmo o ese chiste
nunca volvía
la silla se iba haciendo carne
y cuando se aburría
me decía que sí
cómo no quererla
una vez me mordió
tan fuerte que no puedo
recordar a dónde
desde entonces uso
guantes y un mameluco y un casquete
para cocinar
vieras lo grande que está
da impresión
un día de estos
cuando me deje entrar a la casa
tomamos algo y te la presento.



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